El término escatología proviene del los términos eskathos (último) y logía (estudio), es decir, el estudio de lo últimos o bien podríamos decir de las cosas o los temas últimos.
En la tradición cristiana, la escatología está vinculada profundamente al concepto de Reino de Dios: “el Reino de Dios no es un territorio, sino un nuevo orden” (L. Boff). Esta noción de Reino de Dios se pone en confrontación con la idea que viene de Imperio vinculada al Nuevo Orden Mundial (NOM)1 Esta idea del NOM implica la configuración global del un poder financiero y burocrático que dirija (si es necesario bajo coacción) la agenda mundial (económica, social, cultural, religiosa, etc.) trascendiendo fronteras geopolíticas tanto nacionales como regionales. Esta idea, que es solo conspirativa, atenta contra la singularidad y apela a una sistema uniforme, tácito y de alcance mundial.
Las conspiraciones apuestan a la ley, es decir a un sistema de leyes y jurisprudencias que protegen a los poderosos y engañan a los pueblos. El Evangelio, en cambio, propone una lógica que va justamente en contra de esa idea: sugiere poner en el centro de la historia a la debilidad que no está protegida por ninguna ley terrenal o humana. El dinero compra más dinero y el poder solo se alimenta de poder.
Nuestro pensamiento, dualista por educación y bipolar por necesidad, se proyecta unicamente en función de una referencia anterior, es decir: solo seré osado en proyectarme saludablemente si he experimentado situaciones anteriores saludables; ahora, también,se sucede la situación antagónica: experiencias dolorosas (en la mayoría de los casos) proyectan realidades dolorosas. Hay una falla en esta afirmación que nosotros (cristianos) denominamos Evangelio. Las posibilidades de ser saludables son escasas, pero la posibilidad de amar es infinita.
Haciendo uso de nuestra afirmación de pensamiento, concluimos en que hay dos tipos de personas: personas hijas de una realidad no deseada y personas hijas de una realidad amorosa. Hablar de una esperanza, de una idea liberadora de la realidad, es un intento desesperado por no caer en las tinieblas sin tiempo que el Imperio nos quiere imponer a fuerza de medios de desinformación, hambre, injusticia judicial y esclavismo disfrazado por los progresismos que levantan la bandera de los derechos humanos. Los derecho humanos están digitados y administrados por las clases burguesas de élite que, con fines conscientes y perversos, agitan a clases medias para que compren, mediante los medios de desinformación el pescado podrido; y lo peor de todo que se lo comen como se fuese caviar. La razón y la emoción están en constantemente en tensión, y es por eso que ninguna de estas tipificaciones son exactas, sino más bien, apelan a buscar un camino a partir del cual dialogar y/o construir una realidad a la luz del evangelio de los pobres, de las putas, de los niños y niñas que deben trabajar para comer, de los jóvenes que hipotecan sus sueños para comprar la más barata, de lo viejos que ya no producen y son desechados como basura, de los ignorantes como yo, que me sigo aferrando a resistir, a luchar, a soñar y a no vender mi dignidad. Quizás también es tu evangelio, o no.
El poder para el pueblo, el tiempo de los dioses, porque el futuro ya llegó, hace rato...2
2 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
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